Ante tantas mentiras historicas una noche pedi a Dios luces y tuve un sueño, metida hasta las rodillas en el estercolero del castrochavismo de cuya ciénaga queria salir, en el cual el Baron Alejandro de Humboldt me enseñó el camino para conocer a mi pais, de su mano y de la de los geógrafos que a lo largo de la historia han realizado la admirable tarea de imbricarnos con nuestro entorno, como si cada detalle de la historia venezolana fuese parte de cada uno de nosotros, y no sólo de los nombres ilustres que firmaron actas de posesión o documentos oficiales, cuyas fechas nos han sido negadas o manipuladas, en su veracidad, un signo liberador que no sólo amplía el alma criolla (como una geografía psíquica) sino que probablemente hará surgir nuevos historiadores, capaces de reconocer la importancia de la vida cotidiana e inmediata, tan determinante del carácter de un país como la de héroes y políticos. Me refiero a la posibilidad de corregir la percepción épica, militar, ideologica, politica, para que, elevando al ciudadano a un grado de suficiencia, no sean sólo los vitoreados políticos quienes aparentemente determinen o escriban el destino de una nación, con las consecuencias que hoy vemos y sufrimos.

Manuel Rodríguez Campos (1930-2018) coordinador del Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar, quien continuó la labor desarrollada por su predecesor, el historiador Manuel Pérez Vila (3 de septiembre de 1922, Girona, España-8 de mayo de 1991, Caracas) dirigiendo esa obra paradigmática de nuestra historiografía, el cual había aparecido en el año de 1989. Motivado al éxito de esta edición la Fundación Empresas Polar continuó con el proyecto, bajo la dirección del profesor, y en el año de 1997 se publicó la segunda edición ampliada comento«Es curioso que nuestros más valiosos geógrafos hayan llegado de otras regiones, a quedarse entre nosotros, en Venezuela». Se referia al Dr. Pedro Cunill Grau chileno, pero recordó también a Agustín Codazzi Giovanni Battista Agostino Codazzi Bartolotti (en español, Juan Bautista Agustín Codazzi Bertoloti) (Lugo, Estados Pontificios, actual Italia, 12 de julio de 1793 - Espíritu Santo, Confederación Granadina, actual Colombia, 7 de febrero de 1859 y a Pablo Vila, Sabadell, provincia de Barcelona, el 29 de junio de 1881 -Barcelona (España) el 15 de agosto de 1980),cuyas obras son una búsqueda de la «variabilidad histórica del comportamiento geográfico y ambiental del venezolano»: un asedio al paisaje y sus riquezas, al hombre natural dentro de ese paisaje durante un vasto período que va desde 1498 hasta el siglo XIX. Y, de manera especialmente basada en sorprendentes textos y libros, un incisivo recorrido por la continuada voracidad europea sobre ese hombre y ese paisaje. Lo que de manera desoladora nos parece tan adecuado hoy con el petróleo (su explotación, la confusa política estatal acerca de él, su distribución por el mundo, sus efectos ambiguos en nuestra población) ya ocurrió muchas veces con minerales, fauna y flora de este territorio. Esos autores no no ocultan las vastas extensiones marítimas o boscosas que fueron destruidas. Tampoco la fuerza humana autóctona o traída de África que fue diezmada para que florecieran familias y fortunas.

Tal dolor tiene, asimismo, otra faz determinante que también lo hizo posible: la ambición, el refinamiento, el fulgor de las cortes europeas, de sus políticos, sus guerras, su decadencia.

Solo las páginas de Félix Gilberto Antolínez Ayestarán, (23 de agosto de 1908, San Felipe, estado Yaracuy) precursor del estudio indigenista en América es el más hermoso antecedente para el encuentro con la inflorescencia de nuestras sociedades antiguas pues "sus letras son historias que se pueden relatar como si fueran cuentos"publicó un solo libro: “Hacia el Indio y su Mundo” en 1946.

Falleció el 5 de mayo de 1998 a la edad de 90 años, en Caracas en su residencia de la urbanización Carlos Delgado Chalbaud, en la vereda 63 de Coche.