Mexico era un bastiòn para mi, de posibilidades para parar la invasiòn comunista por fuerte tradiciòn prehispànica, que podia servir de muro para la enajenaciòn del ALMA, por una politizaciòn de los mensajes de forma suavecita, sin aspavientos pero eficaz, que veia a mi alrededor.

Me despertaba suspicacia que Mèxico era el puente para hacer llegar la correspondencia a los amigos "idealistas" que se habian ido a nutrir los movimientos guerrilleros y morir en Amèrica Central y Cuba, de ese pais salio el GRANMA" nombre de una embarcación adquirida en Tuxpan (Veracruz) de forma clandestina por un grupo de exiliados cubanos en Abasolo (Tamaulipas) México, liderado por Fidel Castro, que conformaban el Movimiento 26 de Julio. El barco fue comprado a una empresa estadounidense, y el nombre Granma proviene de un apodo común en inglés para una abuela (abreviatura de "grandmother"). Este barco fue posteriormente usado por 82 expedicionarios de dicho movimiento en el desembarco con fines revolucionarios que encabezó Fidel Castro y entre los que participaron el Che GuevaraRaúl CastroCamilo CienfuegosJuan Almeida Bosque y Ramiro Valdés, entre otros.1

En la madrugada del 25 de noviembre de 1956, bajo la lluvia el yate Granma comenzó a navegar por las quietas aguas del río Tuxpan, México. El barco llegó a las costas orientales de Cuba el 2 de diciembre de 1956 cerca de la playa Las Coloradas en el municipio de Niquero y marcó el inicio de las luchas guerrilleras, que culminaran con el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959.

En la actualidad el barco se exhibe en el Memorial Granma adjunto al Museo de la Revoluciòn, para iniciar la REVOLUCIION CUBANA EN SU ISLA Y DE AHI AL MUNDO, y en la UNAM estudiaban todos les especialistas en literatura y arte hispanoamericano que como Domingo Miliani, que hasta se caso con un indigena mexica y se la trajo a Venezuela, quienes marcaron los inicios de los estudios de esas culturas en el pais, y la creaciòn de centros de investigaciòn como el CELARG por ejemplo, donde nos cerraron las puertas a quienes no solo èramos mujeres de talento e inteligencia, sino que no veiamos el mundo como querian nuestros "formadores" que como Miliani establecian relaciones muy sui generis con las mujeres.


Fueron los hechos, más que los libros, los que obligaron a iniciar el abandono de los dogmas en Mexico. Stalin muere en 1953 y su iconografía empieza a ser discretamente retirada de las publicaciones comunistas de alli y de la URSS. Luego viene el XX Congreso del PCUS con las revelaciones de Jrúschov, lo que representó un fuerte jalón al tapete donde estaban parados los revolucionarios. El que pudo sacar raja del asunto fue lombardo, quien publicó un libro dedicado al asunto donde aprovecha el viaje para proponer, su “vía mexicana al socialismo”.


“Pero el ramalazo para mi generación -recuerda Emilio García Riera- fueron los sucesos de Hungría”, ante los cuales eran insuficientes las tres o cuatro verdades elementales que habitualmente se manejaban. Por si fuera poco, el éxito de la guerrilla castrista vendría a poner en entredicho la llamada teoría del partido, armada por Stalin con citas de Lenin que hablaban de centralismo democrático pero negaban en la práctica y hasta en las palabras la democracia para poner el acento en el centralismo. No era poca cosa que sin el Partido Comunista como principal dirigente se hubiera podido tomar el poder...

VENEZUELA HABIA CAIDO YA EN LA TRAMPA DESDE 1917, pues el"virus" se instalo y no salio mas de los corazones de una sociwedad que milito siempre en partidos comunistas o socialistas hasta el presente, desplazando lo espiritual y del ALMAjunto a la invasiòn gringa con el petroleo, dandocomo resultado, unpueblo manipulable por sus propias sombras, traumas y verguenzas no resueltas, porque masones y terapeutas new age no buscan esa soluciòn profunda, SINO PODER, CONTROL y $$ .

Las grandes luchas de masas de los años cincuenta tendrían poca repercusión -al menos inmediata- en la teoría, entendida como sistematización de la experiencia. Fue Revueltas el único marxista mexicano que publicó, en 1958, un trabajo de importancia: México democracia bárbara del cual se editaron apenas mil ejemplares. En esa obra se intentaba el primer deslinde teórico con el lombardismo, el que, pese a Revueltas y sus seguidores, tendrá sus primeros resultados en el XIII Congreso del PCM, donde el mismo Revueltas fue expulsado.


En mayo de 1960, ese XIII Congreso del PCM que planteó la necesidad de una nueva revolución a la que se bautizó como “democrática de liberación nacional”, y que selló el regreso al FCM de la corriente del POCM encabezada por Valentín Campa, en tanto que Velasco, Sánchez Cárdenas, Aroche Parra y sus seguidores ingresaron al PPS.


En 1962 apareció el libro que más influyó en las transformaciones que habría de sufrir la izquierda, principalmente el PCM, en los siguientes quince años: el Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, de José Revueltas. En el prólogo a la segunda edición, 18 años después, Andrea Revueltas, Rodrigo Martínez y Philippe Cheron dicen que, pese a su “tiraje reducido”, el libro “goza de gran fama en los medios de izquierda”, lo que “no quiere decir que haya sido realmente leído y hasta se puede adelantar que se trata de un libro que, no obstante su renombre, sigue siendo desconocido, incluso en estos medios”.


El pesimismo de los prologuistas contradice los hechos. Es el libro de Revueltas el centro de la elaboración teórica de gran parte de la corriente espartaquista durante los años sesenta. La izquierda en su conjunto -con la sola excepción del lombardismo- empieza a incorporar a su bagaje teórico conceptos como la necesidad de construir el partido obrero y la autodesignación autovanguardista es cada vez más cuestionada, “la tesis de la enajenación histórica del proletariado mexicano y su falta de independencia de clase” se va poniendo en claro conforme entra en crisis la ideología de la revolución mexicana, etcétera.


El interés por el libro de Revueltas se manifiesta en las muchas manos que tomaron cada ejemplar, verdaderamente codiciado por los militantes de las más diversas corrientes de la izquierda, el lombardismo incluido. Sin embargo, la influencia mayor se produjo mediante los conceptos principales de la obra, repetidos una y otra vez, día tras día en las sesiones de los grupúsculos, en su precaria prensa, en las asambleas estudiantiles donde se refugió la izquierda de esos años. Todavía, a principios de los años setenta, la Juventud Comunista llamaba, mediante su prensa y un cartel “a construir el partido de la clase obrera”. La prédica de Revueltas tuvo más escuchas de los que imaginó.


Otras obras que se publicaron por esos años fueron Moscú o Pekín y la vía mexicana al socialismo de Lombardo. Para refutar el conjunto de las concepciones de éste, Gerardo Unzueta publicó su Lombardo Toledano y el marxismo-leninismo. El PCM publicaba a su vez, con la irregularidad de siempre, su órgano teórico, (entonces Nueva Epoca) y otros grupos hacían esfuerzos por difundir el resultado de su elaboración teórica, por ejemplo en la revista Economía, que tuvo una corta vida. De especial importancia es la aparición de Historia y sociedad, donde se publican trabajos de marxistas mexicanos y extranjeros. De los años sesenta son también las obras más conocidas de Alonso Aguilar y Fernando Carmona Dialéctica de la economía mexicana, México, riqueza y miseria, etcétera.) Algunos marxistas extranjeros imparten cátedra en México, como André Gunder Frank, y la circulación de obras marxistas empieza a ser un fenómeno masivo, como lo demuestran las repetidas ediciones de La Democracia en México, de Pablo González Casanova (Era, 1965).


A mediados de los años sesenta circula, con una profusión que no tuvo Guerra de guerrillas del Che, ¿POR QUE? el libro que dio celebridad a Regis Debray: Revolución en la revolución, fundamento del foquismo entonces en boga que impactó a más de un despistado, pues se vivía el auge de la lucha guerrillera en Latinoamérica. El debate fue de lo más movido. Este hombre estaba casado con una profesora venezolana, de Valencia (Edo. Carabobo), de la Universidad de Carabobo: Elizabeth Burgos


Cabe citar aquí algunos datos útiles para comprender la intensidad que adquirió la circulación de ideas en los años 60. De El capital, cuya primera edición de 5 mil ejemplares se hizo en 1947, se tiraron otros cinco mil ejemplares en 1959, 4 mil más en 65 5 mil en 66 y 5 mil más en 1968. En los años setenta se editaron casi 80 mil ejemplares más, de la edición del FCE, misma a la que antes nos referimos.


Entre 1956 y 1966, Editorial Grijalbo tira 48 mil ejemplares del Manual de economía política, de la Academia de Ciencias de la URSS. De 1960 a 1962, apenas en tres años, edita quince mil ejemplares del Manual de Marxismo-Leninismo, de Kuusinen y otros. Es de suponerse los tirales que habrán tenido otros manuales como el de Afanasiev y el de Nikitin, también soviéticos.


De 1958 a 1967, la edición de Grijalbo de La sagrada familia tira 14 mil ejemplares. La misma firma lanza al mercado, en 4 mil ejemplares, la primera edición de Dialéctica de la naturaleza, en 1961; en 1966, 5 mil ejemplares de Materialismo y empiriocriticismo, de Lenin; y, 3 mil ejemplares, en 1967, de la Filosofía de la praxis, de Sánchez Vázquez.


Entre 1961 y 1967, la Compañía General de Ediciones hace cuatro publicaciones de la Biografía del Manifiesto comunista, de Roces. Era edita en 1965 el Stalin, de Isaac Deutscher; en 66 el primer tomo de su Trotsky y en 67 el segundo, año en que la misma firma publica de ese autor La revolución inconclusa.


De los escritos de juventud de Marx, traducidos y prologados por Erich Fromm (SI!!!, EL MISMO DEL ARTE DE AMAR) y publicados por el FCE (Marx y su concepto del hombre), se publicó un total de 28 mil ejemplares entre 1962 y 66, lo que en modo alguno es poca cosa.


Cuando estalla el movimiento de 1968, la izquierda, contra lo que se cree, va no estaba desarmada teóricamente. Contaba con buenas herramientas cuya utilidad se evidenciaría en el despliegue de imaginación de las bases y en la madurez de los núcleos dirigentes de cada escuela.


LA EXPLOSIÓN TEÓRICA


Los principales testimonios del conocimiento acumulado durante un siglo por la izquierda mexicana se presentarían durante los años setenta. En el boom de la teoría marxista “nacional” participarían algunos autores ligados estrechamente a la militancia, lo mismo que estudiosos parapetados en las universidades; veteranos de las publicaciones revolucionarias junto a muchachos recién egresados de las aulas; escritores con posgrados obtenidos en México y Europa; mexicanos y extranjeros.


A Editoriales como Era, Grijalbo y el Fondo de Cultura Económica se había unido ya Siglo XXI, Nuestro Tiempo, Juan Pablos. La editorial del PCM tuvo un auge relativo y publicó a decenas de autores que se referían a la realidad nacional. La Secretaría de Educación Pública realizaría su más notable actividad editorial en 50 años mediante la colección Sepsetentas, que incluyó más de 300 títulos. Mediante otro organismo, el CEHSMO, el Estado impulsaría la difusión de publicaciones obreras. El FCE, en varias ediciones, haría un tiraje de casi 80 mil ejemplares de El capital durante esos años, y de 52 mil de Marx y su concepto del hombre.


Algunas obras cobraron especial significación. Adolfo Gilly publicó La revolución interrumpida, trabajo elaborado durante un cautiverio de más de cinco años en Lecumberri, donde tuvo ocasión de discutir ampliamente con Víctor Rico Galán, quien sostenía algunas de las ideas más importantes expuestas en el libro.


Asimismo, Nicolás Molina Flores visitó a Gilly cada domingo, durante muchos mese, y después fue su compañero de crujía, lo que permitió un fructífero intercambio de puntos de vista sobre la materia de la obra. Con el libro de Gilly se inició el rexamen de la revolución mexicana, su carácter y significación.


Editada en 1969, pero en circulación durante los años setenta, una obra de Roger Bartra marcaría un vuelco en el estudio de los modos de producción, objetivo que no había logrado Mauro Olmeda mediante una labor de muchos años que cristalizó en una serie de libros sobre el desarrollo de la sociedad mexicana, cuyo primer tomo, en edición de autor, apareció en 1966. Del mismo Bartra son otros trabajos sobre el problema agrario y acerca de temas estrictamente políticos. Referida a las relaciones de poder, La ideología de la revolución mexicana, de Arnaldo Córdova, tiene varias ediciones a partir de 1973.


Las revistas donde se publican ensayos marxistas son cada vez más -Estrategia, Cuadernos políticos, Militancia, Socialismo (del PMC), Nueva Política, Coyoacán, Críticas de la Economía Política, Nexos, etcétera-. El expreso reconocimiento legal obtenido por la izquierda favorece el enriquecimiento de la cultura política de los socialistas revolucionarios de México.


Se publican obras críticas sobre el pasado del Partido Comunista Mexicano -la de Octavio Rodríguez Araujo y la de Manuel Aguilar Mora- y sus propios militantes vuelven sobre sus pasos: Arnoldo Martínez Verdugo publica varios trabajos, entre ellos El PCM trayectoria y perspectivas: Gerardo Peláez reúne en dos tomos la mejor cronología del mismo partido y otros autores hacen esfuerzos por entender el pretérito y el presente de las fuerzas revolucionarias para orientar su futuro.


Muy indicativo de la circulación que han adquirido las ideas socialistas es, en el periodismo comercial, la presencia de varias decenas de articulistas miembros del PCM en la segunda mitad de los años 70, número que se ha duplicado con la creación del PSUM.


Los manuales, tan justamente vilipendiados por esquemáticos, han jugado sin embargo un papel importante, pues mediante su empleo se han popularizado categorías antes reservadas a especialistas. Solamente las ediciones mexicanas del Nikitin y del Afanasiev (antes editadas en español en la URSS) tienen más de 150 mil ejemplares por título.


Nada despreciables son los casi 100 mil ejemplares editados por Grijalbo del Breve diccionario de sociología marxista, de Roger Bartra, cuya primera edición es de 1973 (las reimpresiones se han hecho con los mismos negativos y no se han modificado los datos).


Pero el récord manualero lo ostenta Marta Harnecker (la chilena de la Accion Catolicade su pais convertida al marxismo por no aceptar el mensaje PACIFICO de AMOR DE JESUCRISTO) con su librito Los conceptos elementales del materialismo histórico, que lleva 47 ediciones (la primera es de 69) con un tiraje total de 524 mil ejemplares bajo el sello de Siglo XXI, a lo que debe agregarse un sin fin de ediciones piratas hechas en Columbia, España y República Dominicana, de las cuales una parte circula en México.

SI CHILE ES CENTRO DEL KUNDALINI, Y POR COORDENADAS GEOGRAFICAS ES CHINA, OBVIO QUE DE AHI SALGA LO OSCURO A LUCHAR CONTRA LA LUZ, PARA ENGULLIRSE AL EQUIVALENTE DE LOS HIMALAYAS DEL TIBET, LOS ANDES AMERICANOS, E IMPEDIR EL DESPERTAR HUMANO. EL PAPA FRANCISCO, JESUITA ARGENTINO CON JEFE VENEZOLANO; NO RECIBIO AL DALAI LAMA EN SU PROPUESTA ECUMENICA GLOBALISTA, PARA NO MOLESTAR A CHINA COMUNISTA. MUY DISTINTO A JUAN PABLO II QUE SI LO HIZO COMO DEBE SER.

Otros títulos de Siglo XXI que han tenido una espectacular difusión son los de Althusser. De La revolución teórica de Marx se han impreso 55 mil ejemplares, a partir de 1967; y, de Para leer El capital, desde 1969, se han hecho 18 ediciones con un tiraje total de 47 mil ejemplares.


La misma casa ha tirado 65 mil volúmenes de Poder político y clases sociales, de Nicos Poulantzas (primera edición de 1969); 43 mil de El capital monopolista, de Baran y Sweezy, en 16 ediciones hechas a partir de 1968; 20 mil ejemplares del primer tomo de los Grundrisse, 18 mil del segundo y 15 del tercero en diez años.


Lo más sorprendente se presenta con la edición de El capital hecha por Arnoldo Orfila, en ocho volúmenes. Entre los científicos sociales se pensó que esa edición sería de interés sólo para especialistas, debido a su carácter crítico y su aparato erudito. Otro factor que no permitía augurar mucha difusión era la existencia de por lo menos dos ediciones mexicanas y varias más hechas en el extranjero del magnum opus de Marx. Sin embargo, el primer volumen lleva diez ediciones y 43 mil ejemplares; el 2, nueve ediciones y 33 mil ejemplares; el 3, ocho ediciones con un tiraje total de 29 mil; el 4, 21 ejemplares en seis ediciones, etcétera. Vale decir que la primera edición del volumen uno es de 1975 y que los volúmenes subsiguientes han aparecido con diferencia de meses entre uno y otro, hasta llegar al 8, de muy reciente lanzamiento.


Si bien es cierto que la mayor receptividad para toda esa labor teórica se produce en las universidades de masas del país y en otros de sus centros de estudios superiores, el hecho es que esa literatura es consumida también por trabajadores movilizados durante los últimos doce años: electricistas, universitarios, metalúrgicos, telefonistas y muchos otros que empiezan a voltear hacia el socialismo revolucionario. En sus manos y en sus cabezas queda la tarea de convertir esas ideas en fuerza material.


TODAS ESAS LECTURAS eran las que recibiamos tanto es asi que las grandes librerias nos vendian esas obras a precios mòdicos, inclusive MAFALDA, los libros de CASA DE LAS AMERICAS CUBANA, todo lo de temàtica latinoamericana bajo ese monopolio, era conseguido en ellas, no olvidar las grandes distribuidoras como el FONDO DE CULTURA ECONOMICA de Plaza Venezuela, junto a SIGLO XXI, templos donde se encontraba TODO lo que uno buscaba

Traigo el referente al presente con esta entrevista maravillosa, que deben leer quienes se sienten "perturbados" por los "pobres palestinos" sin darse cuenta de que son manipulados por los terroristas de Hamas, se conmueven con el pañolon o kuffiya que se enroscan en el cuello los socialistas del mundo, Delcy Rodriguez incluida, como simbolo de "TERRORISMO Y VIOLENCIAS NO DE INSURGENCIA", (VEAN VIDEOS DE MAIBORT PETIT) juran que el socialismo en España fue derrotado con el desplazamiento de "EL Coletas", que se acabaron las FARC porque "mataron a Santrich" ¿? y que Pedro Calzadilla desde el CNE va a unir a Venezuela, porque es imparcial, sin darse cuenta que todos son socialistas y ese lio esta vigente desde 1917: Alejo Schapire: "La izquierda traidora se ha vuelto reaccionaria, dogmática e identitaria"

El periodista argentino desmenuza en 'La traición progresista' el proceso por el que muchas personas de izquierdas, como él, han empezado a abandonar la nave

Alejo Schapire.

Por Juan Soto Ivars

El Confidencial 09/03/2021 -

Alejo Schapire (Buenos Aires, 1973) es un periodista argentino que vive en Francia y considera que la izquierda lo ha traicionado. A él y a muchos otros: a los judíos, a los exmusulmanes, a las mujeres y a muchos de los colectivos presuntamente defendidos por el identitarismo. Su libro 'La traición progresista' (Península), de reciente publicación, es un breve alegato de denuncia. En sus páginas desmenuza el proceso que explica que muchas personas de mentalidad progresista, como él mismo, han empezado a abandonar la nave. PREGUNTA. Me pregunto a veces por qué siento una animosidad mucho más intensa hacia la izquierda que hacia la derecha, cuando estoy más cerca de las ideas de izquierdas. Reflexionas sobre esto al arranque de tu libro. RESPUESTA. Es la misma animosidad que uno tiene cuando se siente traicionado por sus amigos. Uno tiene claro por qué no es de derechas. No cree en la magia exclusiva del mercado, apoya la emancipación de sectores oprimidos, sabe qué es la justicia social y quién ha traído los avances sociales que han permitido las vacaciones, el trabajo regulado para evitar la explotación, etcétera. Uno tiene claro que muchas cosas se lograron en base al cuestionamiento de la organización del poder a través de la economía y las tradiciones. Uno sabe por qué se hizo de izquierdas y qué era lo que le molestaba de la derecha. Pero uno no esperaba que en su propio campo esa izquierda traidora se volviera reaccionaria, dogmática e identitaria.

P. Tengo la impresión de que mucha gente de izquierdas está así. La pregunta entonces es: ¿por qué la izquierda reaccionaria ha logrado tanto poder? R. Ante todo hay una guerra entre dos izquierdas. Está la antitotalitaria y la antiimperialista, y es esta última la que se ha impuesto. Es decir, hay una izquierda heredera del universalismo, que piensa que la emancipación pasa por la lucha contra el oscurantismo religioso y las formas de opresión tradicionales, mientras que la izquierda antiimperialista privilegia las alianzas contra el enemigo común, y está dispuesta a amigarse con las formas más acabadas de machismo y oscurantismo religioso. Véase esto que se ha llamado el islamoizquierdismo que cristaliza en la alianza Venezuela-Irán. Para ellos, el enemigo de mi enemigo es mi amigo, y el enemigo es el imperialismo 'yankee'. P. Esto aparece tras la caída del mayor enemigo de Estados Unidos, la URSS. R. El derrumbe de la Unión Soviética hace desaparecer al enemigo laico, y queda el islam político. Por eso hemos visto gente de izquierda celebrando los atentados del 11 de septiembre. Los tanques y los misiles de la URSS eran reemplazados por los yihadistas. El musulmán es un proletariado de sustitución. Al caer el muro de Berlín, el sujeto de la izquierda ya no es más el obrero, que queda en manos de los Trump o los Le Pen, así que se centran en este nuevo sujeto, que es la minoría, y trasladan el debate político de las fábricas y los campos a las universidades. El nuevo electorado de la izquierda deja de ser la clase obrera y pasa a ser el estudiante, la clase acomodada de las grandes ciudades que se ha beneficiado de la globalización, y las minorías. El musulmán es un proletariado de sustitución para la izquierda P. El islamoizquierdismo es algo de lo que se habla mucho últimamente en Francia, pero poco en España, ¿podrías explicarlo? R. El detonante de mi libro es precisamente el islamoizquierdismo. Yo trabajaba como enviado cultural del diario 'Página 12' de Argentina, y no hay nada más de izquierdas que esto. Hablaba de cualquier tema social o cultural, de lo más extremo que uno pueda imaginar, sin ningún problema, sin ninguna censura. Un día quise comentar que había un ascenso espectacular del antisemitismo en Francia. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, a los judíos de París les pegaban en la calle por ser judíos. Planteé un artículo sobre este fenómeno, les dije que había un aumento espectacular del racismo y que debíamos hablar de ello, y me dijeron: “Fantástico, estamos con un especial sobre racismo, así que adelante”. Luego me quedé reflexionando y les escribí un segundo 'mail', diciendo: “Ojo...”. P. Ja, ja, ja, “ojo, que a los judíos no les están pegando los nazis”, ¿no? R. Claro. Les dije: “Este racismo no está siendo perpetrado por cabezas rapadas de ojos azules...”. P. ¡La cagamos! R. Me dijeron: “No, entonces no se puede, porque vos sabés lo que hacen los israelíes a los palestinos”. Entonces les dije: “¡Pará! Esto no son israelíes, son jóvenes judíos franceses caminando por las calles a los que les están dando golpizas”. No hubo manera. Después llegó el atentado contra la escuela en Toulouse donde directamente los yihadistas fueron a pegarle tiros en la cabeza a los niños por ser judíos, y ahí vi nuevamente una denegación de lo que es el fenómeno antisemita: la patologización del islamista, “es un loquito”. Pero esto empezó a subir. El atentado de Charlie Hebdo fue también el atentado del supermercado judío de París. Fue la misma gente. Y me di cuenta de que la imposibilidad de hablar del antisemitismo era un problema muy grave. Mi familia política me había traicionado. El nuevo antirracismo de la izquierda tiene un fuerte componente antisemita. El nuevo antirracismo de la izquierda tiene un fuerte componente antisemita P. Detrás de esto está la falacia de que el racismo solo lo pueden ejercer los blancos, y se entiende a los judíos como blancos porque tienen dinero. R. La expresión que utilizan es el “racismo sistémico”. La falacia es la siguiente: dicen que el racismo es estructural, hecho por el Estado de las formas más influyentes y sutiles, y por definición es una relación entre dominantes y dominados. A partir de ahí, se establece un dogma. Vos ves que, en los barrios africanos de Francia, a los asiáticos les pegan y les roban de manera desproporcionada, pero eso no es caracterizado como racismo. Pero lo cierto es que no vivimos en un mundo multicultural, sino en uno multirracista. P. ¡Hasta hay un antirracismo racista! Estoy pensando en lo de Amanda Gorman y Holanda. R. Es que este nuevo antirracismo utiliza exactamente las mismas etiquetas y categorías que el viejo racismo. Es la asignación a una identidad por el color de piel o la sexualidad, al modo de los nazis, en el que la gente no decide sobre lo que quiere ser, sino que está sometida a un determinismo que contradice el concepto universalista. P. Dices que los grandes traicionados de este sistema son los exmusulmanes. R. En España también lo están viendo. Los partidos que presuntamente llevan la bandera de la emancipación, a través del relativismo cultural, empiezan a justificar formas de oscurantismo y a apoyar un símbolo de opresión machista clarísimo, como el velo. Se ha creado lo de “islamofobia” para impedir criticar a una religión en particular P. El empoderamiento a través del velo es de lo más perverso que he visto en la izquierda. R. Se ha creado este concepto bastardo, la “islamofobia”, que sirve para impedir la crítica de una religión en particular. Es un caballo de Troya terrible. De hecho, en este mismo momento, hay dos académicos de la Universidad de Grenoble que han cuestionado un día contra “el antisemitismo, el racismo y la islamofobia”, diciendo que islamofobia es una categoría problemática porque rehabilita la blasfemia como delito. No todos los árabes son musulmanes, hay musulmanes que han dejado de serlo y pegar una etiqueta de musulmán a una persona, como si una creencia religiosa fuese su ADN, es una forma de racismo. P. En esto veo una evolución del mito del buen salvaje: se desposee de su agencia a quien pertenece a una religión que fue colonizada por los europeos, y se convierte al musulmán en una persona incapaz de hacer daño. R. Si hay un culpable en todo esto es Jean-Jacques Rousseau. Es una de las personas influyentes para los dogmáticos de las políticas de la identidad y para los ayatolás verdes del ecologismo radical. Todos abrevan en ese Rousseau que tiene que ver con la culpabilidad del hombre blanco. En España, esto toma una característica particular: los nacionalismos periféricos. Una manera de desligarse de su identidad nacional culpable de conquistador es, para esos nacionalistas, refugiarse en los particularismos. En Francia, el centralismo ha aplastado esto. P. Para el caso francés, utilizas dos mundiales de fútbol como termómetro para explicar cómo ha degenerado la cosa. R. Sí. La película 'La Haine' (Mathieu Kassovitz) contaba muy bien la situación de los barrios periféricos, donde no se había podido o no se había dejado que la inmigración se integrase. Francia descubrió entonces que tenía un problema con una parte de la inmigración, porque no se reconocía en los valores republicanos. Pero hubo un momento, el mundial que ganó Francia en 1998, en que empezó a correr el eslogan de una Francia Arcoíris, que a través de su selección multicolor lograba un proyecto colectivo triunfante. Esa victoria se convirtió para los medios en el símbolo de que Francia podía coexistir de una manera plural. Era la época de Manu Chao, donde el multiculturalismo estaba bien. Pero en el siguiente mundial que ganó Francia la cosa había cambiado radicalmente. Habíamos pasado de ese triunfo de la mezcla a la segregación, donde se festejaban las identidades individuales y se ponía el acento en que habían sido negros. La izquierda traiciona a sus minorías que no viven su identidad de forma esencialista P. Del “juntos podemos” al “gracias a nuestros oprimidos hemos logrado esto”. R. Claro. Maduro fue uno de los primeros en decir que aquello había sido el triunfo de África, no el triunfo de Francia. Y curiosamente fueron los propios jugadores negros de la selección francesa los que dijeron: “No, nosotros somos Francia”. Es decir: muchas veces, la izquierda traiciona a sus minorías, a las personas que no viven su identidad de forma esencialista. Y esto es lo que había cambiado entre los dos mundiales. Dos definiciones: de una universalista a una identitaria. P. Señalas como prueba de ese viraje el hecho de que al judío no se le trate como a las demás minorías, cuando es posiblemente la minoría más minoritaria de todas. R. A ver: el judío que se ha asimilado en Europa ha aprendido a viajar ligero, porque los pogromos siempre lo echaron y tenía que llevar todas sus pertenencias en los bolsillos, o en el cerebro, a través de la educación. Y lo han convertido en el peor alumno de esta idolatría identitaria: el judío ha vivido lo peor en cuanto a racismo, el exterminio industrial, pero se ha recuperado, así que no le pueden hacer el chantaje de hombre blanco opresor. Después de la creación del Estado de Israel, Stalin se dio cuenta de que no iba a poder manipular a Israel dentro de la incipiente guerra fría, y es él mismo quien opera este cambio, de antisemitismo a antisionismo, a partir de la purga de los médicos, de la que hablo en el libro. El antisionismo es claramente la reformulación de todos los clichés antisemitas. No existía un país llamado Palestina invadido por los israelíes P. También cuentas en el libro que ese mapa que se ve tanto en redes sociales donde un Estado de Israel va devorando a Palestina es una manipulación. R. Sí. Se juega mucho con la palabra 'Palestina', que es una designación geográfica, un gentilicio y no un Estado nación. Los mismos judíos hablaban de Palestina. Ese mapa que suelen mostrar las redes sociales, e incluso Erdogan, es completamente falso y anacrónico. Los palestinos no vivían dentro de fronteras reconocidas por nadie. Estaban asentados en lugares que pertenecían a países como Egipto o Jordania, y los judíos estaban asentados también por allí. Ese mapa presenta una visión truncada que juega con el concepto de Palestina como una identidad, cuando es una noción geográfica. La identidad palestina es muy reciente como concepto: es una respuesta a la creación de Israel. No existía un país llamado Palestina invadido por los israelíes. La gente no sabe lo que fue la Guerra de los Seis Días, ni de quién eran los territorios antes de aquel intento de exterminio de los judíos que emprendió el panarabismo, y que fracasó. P. ¿Se gestó en ese momento el divorcio entre la izquierda y los judíos? R. Viene de antes. La izquierda quiere al judío hasta 1945. Mientras era una víctima. Después pasa a ser el enemigo. El judío pasa a ser el palestino, y el lugar que ocupaba el nazi pasa a ocuparlo Israel. Es la inversión de un paradigma que se establece en los años 30 en Europa, con los fascismos, para los que la nación ocupa el centro y todo lo que está en la periferia debe ser destruido. Desde 1945, ocurre lo contrario: se ejerce el autoodio por lo central, y se ensalza todo lo periférico independientemente de su catadura moral. Israel llega a contramano. Empieza a reivindicar el nacionalismo cuando el nacionalismo es mala palabra. P. Muchos israelíes de izquierdas dicen abiertamente que es la derecha israelí, y los abusos cometidos por el ejército, la que está causando problemas a los judíos en el mundo. Es decir: la crítica viene de los propios israelíes, pero esto se olvida fuera. Se les mete en el mismo bloque agresivo por ser israelíes. R. Del mismo modo que pasa con Estados Unidos. ¿Quién no ama 'Los Simpson'? La principal crítica de las sociedades abiertas occidentales, y aquí incluyo excepcionalmente a Israel desde el punto de vista cultural, viene de las propias sociedades abiertas. Toda la munición que tiene el progresismo contra Israel lo saca de los propios israelíes, que elevan su propias denuncias. Y todo lo que dicen en contra de Estados Unidos ¡lo aprenden por Netflix! ¡El autoodio es el verdadero privilegio blanco! P. El autoodio no es para todos... R. Evidentemente. Es la gran paradoja. ¡El autoodio es el verdadero privilegio blanco! De hecho, el miembro de una minoría que vive en Occidente no puede ejercer el autoodio. El negro estadounidense no tiene el privilegio de odiarse a sí mismo en los Estados Unidos, tiene que amarse a sí mismo todo el rato por ser negro. P. Y ha de votar lo que tiene que votar. R. Sí. Para mí fue un escándalo cuando Biden les dijo a los negros que, por ser negros, tenían que votar demócrata. Pero hay negros que votan por Trump. En esta operación racista que es la política identitaria esencialista, se supone que la gente opina en función de su color de piel. Piensan que color de piel es opinión... P. De ahí salen esos autoproclamados portavoces: el activista de Black Lives Matter es el ejemplo perfecto, ¿quién coño lo ha elegido portavoz de una raza? Es algo asombroso. R. Es horrible. Es encerrar en el determinismo racial a una persona en función de sus circunstancias biológicas. P. Y esto se ve muy bien en el caso de las exmusulmanas en Francia, como dices en tu libro. R. Jazmin Mohamed, Ayaan Hirsi Ali... Son muchísimos los exmusulmanes a los que hemos dejado solos. ¡Los hemos dejado solos! Es gente que ama nuestra concepción universalista más que nosotros y los hemos abandonado para quedar bien con gente teocrática, homofóbica, con lo que más odiamos y que solo nos permitimos decirlo si llevan una cruz en el cuello. Son muchísimos los exmusulmanes a los que hemos dejado solos. ¡Solos! P. El 'pinkwashing' del que acusan a Israel es otro ejemplo que pones. Dices que los gais palestinos corren a refugiarse en Israel. R. Si vos sos un palestino, el mejor lugar donde puedes ir en muchos cientos de kilómetros a la redonda es Tel Aviv, no Teherán, no Líbano. Hablan de 'pinkwashing', pero Israel está lleno de homosexuales que la pasan muy bien y exteriorizan su sexualidad y no van a la cárcel por ello. ¿Es eso 'pinkwashing'? Bueno, pues prefiero el 'pinkwashing' a que los estén tirando de una terraza o ahorcando como en Irán. ¡Viva el 'pinkwashing' si es eso! P. Criticas también la tendencia a identificar al israelí con el ultraortodoxo, y no tanta a identificar al palestino con el integrista. R. Cuando uno mira las representaciones mediáticas de las nacionalidades, el israelí siempre es un ultraortodoxo o un colono armado hasta los dientes. El israelí medio, el que cree en la coexistencia de dos estados, el que simplemente aspira a la normalidad, ese no lo vas a ver nunca. Del mismo modo, cuando hablan de los palestinos, lo que vas a ver es el viejito, la abuelita y el niño. Y nunca vas a ver como protagonista al que está dispuesto a matar a martillazos a una niña durmiendo israelí. Y esto lo muestro en el libro, cómo los medios progresistas occidentales, a la hora de subtitular, por ejemplo, que un palestino dice “queremos matar a todos los judíos”, lo traducen por “queremos matar a los israelíes”. Hay una complicidad terrible. El conflicto israelopalestino es una especie de Disneylandia de los periodistas, un teatro donde se representa una guerra en que los malos y los buenos están claramente identificados. P. La ultraderecha también ha traducido aquí su antisemitismo. De los 'Protocolos de los sabios de Sión' han pasado a la figura de George Soros para decir lo mismo. A mí me fascina que esto de hablar de Soros no reciba nunca una denuncia de racismo de la izquierda, sino una carcajada: “¡Ah, ya están hablando de Soros, qué paranoicos!”. ¿Por qué ahí no denuncian el racismo? R. Soros ocupa el lugar que ocupaban antes los Rothschild. La izquierda no denuncia esto porque ha comprado la guía de lectura de Irán, es decir, que está el gran Satán (EEUU) y el pequeño Satán (Israel). Y cuando Hezbolá hace una telenovela sobre 'Los protocolos de los sabios de Sion' hace pocos años, para la izquierda eso no es un problema. La izquierda ve al islam político como un sistema de autodefensa cultural e ideológica frente a la agresión del imperialismo. Entiende, en nombre del relativismo cultural, que ellos expresan de una manera un poco torpe esta denuncia de la opresión del colonizador. Soros ocupa el lugar que ocupaban antes los Rothschild P. De nuevo, el mito del buen salvaje. R. Sí. Lo ves claramente en el BDS, el movimiento de boicot contra Israel. Cuando lees la propaganda de BDS te das cuenta cómo reprocesan los viejos clichés del antisemitismo. Curiosamente en un país como España donde prácticamente no quedan judíos. España es un ejemplo de que uno no necesita tener judíos para desarrollar un fuerte grado de antisemitismo. P. Aquí siempre que llega el día de la Hispanidad hay una ocasión preciosa para el autoodio más vistoso, pero en cambio no se aprovecha el hecho de que expulsáramos a los judíos para lo mismo. ¡Cuántos latigazos perdidos con los que podríamos fustigarnos! R. Incluso se quejan de que el sefardí puede ahora obtener la nacionalidad perdida, mientras que el inmigrante musulmán vive en la ilegalidad. En fin. España es un país llamativo. Como también lo es buena parte de América Latina, cuando Cristina Fernández de Kirchner manda a retirar la estatua de Colón por petición de Hugo Chávez. ¡Estamos hablando de Cristina-Fernández-de-Kirchner! Está hablando de los colonizadores españoles, ¡y todo esto te lo dice en español! Pero esta izquierda es impermeable a los hechos. Está blindada contra cualquier dato falseable sobre lo que están diciendo. P. En fin... Me pregunto, ¿para quién estás diciendo estas cosas? R. Es una pregunta clave. Quienes estuvimos en la izquierda criticamos ferozmente nuestro propio campo. ¿Para quién lo hacemos? ¿Somos conscientes de que estamos dando munición a la derecha? Y esta es una verdadera pregunta. Es probable que estemos haciendo el trabajo sucio y dando munición, pero yo no pienso en función de esta dialéctica. Pienso que el universalismo nos permite tomar distancia, usar el sentido crítico y no deberle nada a nadie a la hora de pensar. Pero es cierto que, cuando uno incurre en la incorrección política, tiene que saber que este es un paraguas muy amplio en el que se escuda la extrema derecha. Pero esto no debe ser una excusa para callar. A mí no me importa a quién le estoy haciendo el juego. P. Creo que los mismos argumentos para criticar un identitarismo se pueden aplicar al otro. R. Así es, la ultraderecha apela a otra tribu, es un 'White Lives Matter'. La extrema derecha en Francia es igual. El Gobierno acaba de ilegalizar en Francia una organización, 'Generation identitaire', que se mueve exactamente por los mismos parámetros de los que estamos hablando. Tribu india en peligro, solo que de blancos. Yo lo que hago es decir que hay que rehabilitar el viejo universalismo donde el determinismo sexual, racial, etcétera, no defina a las personas. Lo triste es que esto haya pasado a ser algo escandaloso.

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